¿Se pueden sacudir las alfombras?

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Se trata de una imagen más o menos habitual: vamos por la calle y, en una de las ventanas del edificio por el que estamos pasando, hay alguien que está sacudiendo una alfombra para que se desprenda la suciedad… Se trata de una costumbre de lo más reprobable, y no solo porque el mero hecho de tirar la suciedad a la calle (incluso sobre la gente que pasea) sea una guarrería, sino también porque, con esa práctica, lo único que se consigue es dañar la propia alfombra. Pero entonces, ¿es bueno sacudir las alfombras o no?

Dejando a un lado lo de tirar porquería a la calle (por favor, no lo hagas), hay que decir que sacudir una alfombra puede ser, si no se hace de la manera adecuada, una forma bastante efectiva de estropear la alfombra rápidamente. Y es que ya el simple hecho de colocar la alfombra en posición vertical para sacudirla hace que las fibras que la componen se estiren y puedan dar lugar a pequeñas microfisuras que acaben por convertirse en roturas mayores. ¿Y cómo se sacuden las alfombras, entonces? Lo veremos a continuación.

Adam Schmidt - Sacudidor de alfombra (artículo de cestería, diseño de sol, 3 hebras, alargado, 75 x 26 cm), color claro

¿Es recomendable sacudir las alfombras?

A ver, lo primero que hay que tener claro es que prácticamente todas las alfombras están fabricadas con materiales compuestos de pequeñas fibras. Dichas fibras son las que dan forma y cohesión a la alfombra, por lo que, si se estiran o se rompen, darán lugar a deformaciones y desgarros en nuestra alfombra. Sacudir una alfombra puede acelerar el proceso de estiramiento o rotura de las mencionadas fibras, especialmente si se coloca la alfombra en posición vertical (en esta posición, el propio peso de la alfombra contribuye a que las fibras se estiren más).

La solución más interesante a la hora de deshacernos de la suciedad que se acumula en las alfombras es pasar la aspirador de forma regular. En las alfombras no solo hay polvo, también se pueden encontrar ácaros, pelos, restos de comida, pieles muertas y un sinfín más de cosas desagradables. Por consiguiente, es necesario que seamos muy activos con la limpieza. Y aunque las sacudidas puedan hacer que buena parte de la suciedad salga de la alfombra, se trata de una costumbre que terminará por estropear la alfombra en muy poco tiempo.

Por ello, si vamos a comprar una alfombra, es importante contar con una aspiradora para su limpieza (o comprar una, si no teníamos previamente). Las aspiradoras son muy eficaces a la hora de extraer la suciedad de las alfombras (especialmente, si disponen de un cabezal de tipo cepillo). Pero es que, además, su uso no daña ni estropea las fibras de la alfombra, por lo que nos aseguramos dos cosas: una alfombra limpia y una alfombra duradera.

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¿Cómo hay que sacudir una alfombra?

¿Pero qué pasa si no disponemos de una aspiradora, y no queremos gastarnos dinero en una solo para limpiar las alfombras? En ese caso, y si no hay más remedio, habrá que proceder a sacudir las alfombras. Pero, claro está, no de cualquier manera…

¿Cuál es la mejor forma de sacudir alfombras de manera efectiva, pero sin dañarlas? A continuación, repasamos algunas cuestiones que nos ayudarán en este proceso, consiguiendo grandes resultados de limpieza, y evitando que las fibras de nuestras alfombras se deterioren. Vamos con ello:

  • En posición horizontal: puestos a sacudir una alfombra, lo mejor es hacerlo en posición horizontal, ya que, si la colocamos en vertical, su propio peso hará que las fibras se estiren y se estropeen. Si la alfombra es demasiado grande, podemos colocar la alfombra por tramos.
  • Siempre en seco: con el agua, ls alfombras pesan mucho más, la suciedad se queda pegada con más facilidad y, para colmo, aumenta el riesgo de rotura de fibras… Por eso, siempre que se sacuda una alfombra, hay que hacerlo cuando esté seca.
  • Sin arrugas ni dobleces: para preservar la integridad de la alfombra, es recomendable colocarla, además de en horizontal, sin arrugas ni dobleces. Para ayudarnos, podemos utilizar un tendedero o un caballete.
  • Con un sacudidor: ¡Nunca golpees la alfombra con varas, escobas o cualquier otro objeto rígido y fino! Con ello, se producirían grandes tensiones en puntos muy concretos de la alfombra, y aumentarían las posibilidades de rotura de fibras. En su lugar, utilizaremos sacudidores (que para algo se inventaron), que sean ligeramente flexibles y de superficie ancha. Si no contamos con uno, podemos usar la palma de la mano.
  • Por ambos lados: en una alfombra, hay mucha más suciedad de la que podemos ver en la superficie. Por ello, para deshacernos completamente de toda (la que se ve y la que está incrustada en el interior), es conveniente sacudir la alfombra por ambos lados.

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